sábado, 2 de marzo de 2013

En Castilla la Mancha ya no se respetan los Derechos Humanos más elementales.


Hasta hace no mucho, pensábamos que la sanidad era un derecho fundamental, básico, elemental. Y si ya se trataba de la atención a los menores, esto era algo sagrado.
Pues bien, la prestigiosa Ong “Médicos del Mundo” ha lanzado la voz de alarma sobre algo que es realmente escandaloso y que sucede en nuestra Región. No se trata ya de no atender sanitariamente a los inmigrantes que se han quedado en situación administrativa irregular, algo ya de por si todo un atentado contra los derechos humanos. Sin embargo cuando ya todas las líneas rojas han sido superadas, esta Ong nos habla de niños inmigrantes que no
han sido atendidos por la sanidad pública.

Hablan de que en la localidad toledana de Illescas se niega la atención a los hijos de una familia marroquí y en Yepes a dos menores, de 1 y 2 años de edad, a cargo de un hombre de nacionalidad rumana.
La desatención alcanza también a mujeres víctimas de violencia de género, algunas de ellas con necesidad urgente de tratamiento psiquiátrico y medicación, como se ha documentado en Toledo.

Cuando las personas excluidas de la atención primaria ven agravarse sus dolencias y acuden a los servicios de urgencias, en ciertos hospitales son obligadas a firmar un compromiso de pago antes de ser atendidas, y días después reciben abultadas facturas en sus domicilios.
Hay hospitales, como el Virgen de la Salud en Toledo, que han girado facturas superiores a los 3.000 € por un parto, cuando las embarazadas deberían tener completamente cubierta la asistencia en el sistema público de salud.

En cuanto al acceso a medicamentos, las prestaciones que quedaron fuera de cobertura, es especialmente preocupante el hecho de que las personas afectadas tengan que abonar íntegramente el coste de los medicamentos que precisan. En el caso de enfermedades crónicas, como la diabetes o el VIH, los tratamientos, que han de ser de diarios, son tan costosos que muchos pacientes se ven obligados a interrumpirlos por falta de medios económicos, con el consiguiente peligro para sus vidas.

Si no se toman medidas para hacer accesible medicación vital -como la insulina- a las personas que la necesitan, más pronto que tarde se registrarán fallecimientos por esta causa.
No tenemos constancia que en nuestra localidad o entorno más cercano haya sucedido alguna de estas aberraciones, nos referimos ante todo a la negación de la atención médica a menores, si bien todo lo descrito supera los límites de la dignidad humana.
Es necesario que cualquiera de nosotros/as, si llegamos a conocer alguna de estas situaciones la denunciemos públicamente. Es tarea de todos/as hacer respetar la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Aquí tenéis el enlace de la denuncia de Médicos del Mundo 

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